¿Alguna vez has tenido un empleado que responda a un correo electrónico con un emoji? ¿O le han preguntado qué es un fax? ¿Era ese empleado menor de 30 años? Entonces sabe que a veces la brecha entre generaciones puede ser amplia. El año pasado, los millennials superaron a los Gen Xers como grupo demográfico más numeroso en el mercado laboral, y su creciente presencia está dando forma a lo que significa trabajar.
Cada generación quiere un conjunto distinto de beneficios de sus empleadores, y los Millennials no son diferentes. Cada vez más, los empleados desean un horario de trabajo flexible y buscan empleos en empresas que consideren estimulantes e inspiradoras, según Fortune. Quieren trabajar para una organización que les reconozca como individuos, en lugar de como engranajes del sistema. Pero, ¿qué hay detrás de estas tendencias y cómo se puede seguir el ritmo? Echemos un vistazo a lo que los millennials quieren del trabajo y a lo que usted puede hacer para dárselo sin molestar a los trabajadores de más edad en el proceso.
Mercados inciertos y actitudes cambiantes
Hay varias fuerzas que impulsan la preferencia de los millennials por un lugar de trabajo más moderno y flexible. En primer lugar, muchos adultos jóvenes entraron en el mercado laboral cuando éste se vio afectado por la Gran Recesión. Y aunque las perspectivas de trabajo son mejores para la mayoría, el desempleo sigue siendo mucho más alto para los jóvenes de 24 a 29 años, una estadística que no se les escapa. Una economía inestable afecta a las actitudes de los empleados e incluso tiene el poder de hacer tambalear su fe en todo el sistema, como vemos cuando los solicitantes de empleo abandonan por completo la búsqueda de trabajo.
La tecnología también influye en el sentimiento de incertidumbre. Se ha observado que la lealtad de los empleados y de los empleadores está cambiando: la gente ya no espera permanecer en la misma empresa durante 30 años. De hecho, con el desarrollo cada vez más rápido de nuevas tecnologías, es increíblemente difícil predecir qué sectores serán los titanes del mañana y cuáles serán irrelevantes.
Además, la jubilación es cada vez más difícil para los trabajadores actuales. Los millennials tienen una mentalidad de «vivir al día» (o, si se quiere, «YOLO»), en la que las ventajas de hoy pesan más que las promesas lejanas que pueden o no cumplirse. Por eso puede que les atraiga más una visita a una cervecería de la empresa que un lucrativo 401(k).
Las ideas importan más que las cosas
Pero la forma en que las empresas hacen negocios en general también está cambiando. El auge de la economía colaborativa, gracias a startups como Uber, Airbnb y Favor, ha hecho que la marca sea más importante que nunca. De hecho, los expertos en publicidad afirman ahora que la idea es mucho más importante que el producto, un concepto que se traslada también al lugar de trabajo. Los millennials, a los que se les ha hecho la pelota toda la vida, han tomado el ejemplo de los magnates de Silicon Valley, como Google y Apple, donde la innovación cuenta más que las cifras de ventas. Esencialmente, quieren que se les «venda» una empresa, a través de sus valores y su cultura.
Esta tendencia también es visible en las actitudes sociales: los millennials son nativos digitales adeptos a las plataformas de medios sociales, donde pueden retuitear o etiquetar a una empresa sin esfuerzo. Esto significa que esperan tener una relación informal y personal con los productos que utilizan y las empresas con las que se relacionan, incluidos sus empleadores, y esperan que sus opiniones sean importantes.
Además, por muy indiferentes que parezcan a veces, los jóvenes de hoy en día están cada vez más interesados en el activismo social, una tendencia evidente en las redes sociales. El Pew Research Center descubrió que la mayoría de los millennials dicen ahora que creen en un «gobierno activista», y basta con buscar «justicia social» en Twitter para ver esta tendencia en tiempo real. Los trabajadores más jóvenes trasladan esta preferencia al lugar de trabajo. Valoran un trabajo orientado a un objetivo en el que puedan ver cómo sus ideas se hacen realidad.
Cómo ponerlo todo en común
Entonces, ¿cómo se puede salvar la brecha entre los trabajadores mayores y los más jóvenes? En primer lugar, trate de no separar los equipos o departamentos por edades. Los grupos intergeneracionales tienen efectos positivos para ambas partes: los empleados más jóvenes suelen beneficiarse de la tutoría, informa Entrepreneur, mientras que los más veteranos pueden verse estimulados por el entusiasmo juvenil. Esto significa que hay que dar a los trabajadores menos experimentados la oportunidad de abordar proyectos en áreas en las que no se han probado.
También significa abrirse a nuevas formas de comunicación: no castigar a los trabajadores por pasar tiempo en su teléfono, por ejemplo, si están haciendo un trabajo valioso a cambio. Por último, su equipo tendrá más éxito si puede encontrar formas de alentar y agradecer las contribuciones de los empleados, algo en lo que todas las edades pueden estar de acuerdo.